Ya llegó el momento…
Gaby Vargas
Apagas la alarma del despertador, semi dormido te levantas y vas al baño, sólo para darte cuenta que no hay agua; asumes que es algo momentáneo y lo ignoras. De ahí, mecánicamente te paras frente a la regadera para abrir la llave del agua caliente. Escuchas como la tubería tose y compruebas que sólo escupe unas cuántas gotas. Ahora sí despiertas. Incrédulo te tallas los ojos y tu cerebro reacciona: “¿Qué? ¡No puede ser! Tengo una cita a las 8:00 con mi cliente”. Así que corres al otro baño y apurado abres ambas llaves con la esperanza de conseguir un poco del preciado líquido. Nada. La llamada a tus vecinos te confirma que ellos tampoco tienen. Todavía, malhumorado vas a la cocina, sacas la jarra de vidrio de la cafetera para llenarla de agua y preparar tu café matutino que tanto disfrutas. Maldices y golpeas la llave que no responde a tu mando.
¡¿Qué hago?! Te preguntas al verte los pelos parados en el espejo. Sacas tu ropa la avientas en un maletín, para buscar a dónde ir, pero antes de salir, en automático abres la llave para lavarte los dientes. “¡Chin! ¡Chin! ¡Chin!”
¿Te imaginas esta pesadilla? Y qué decir al momento de lavar la ropa, los platos, limpiar los pisos o preparar la comida: sin agua, imposible, tanto como mantener la salud o el bienestar. Pues ésta es la realidad de muchos y muy pronto será de todos si no hacemos algo.
Ya llegó el momento de enfrentar la verdad:
· 1800 millones de personas en el mundo padecen la escasez de agua (según datos de la oms).
· Aunque el 70 por ciento de la superficie del mundo está cubierta por agua, sólo el 2.5 por ciento es dulce y está disponible (conagua).
· México se encuentra hoy entre los países con baja disponibilidad de agua. Una de cada cuatro personas no tiene acceso a agua fresca (unesco).
· Muchas mujeres y niñas caminan en promedio 6 km diarios para trasladar 20 lt de agua (unicef).
· La principal causa de muerte en los niños menores de cinco años se debe a enfermedades propagadas por agua contaminada y a la poca higiene (who).
Así que ya llegó el momento de hacer algo
Como enseñamos lo que sabemos pero transmitimos lo que vivimos, comparto contigo formas prácticas en las que tú y yo podemos ahorrar agua:
· Toma baños cortos. Cierra la llave mientras te enjabonas.
· Instala regadera de mano; se ahorran de 10 a 19 litros por baño.
· Cierra las llaves del lavabo mientras te lavas los dientes o te rasuras y de preferencia utiliza un vaso.
· Evita usar el sanitario como basurero. Y mete una botella llena de agua dentro del tanque. Eso te ahorra hasta dos litros por descarga.
· Espera a tener el máximo de carga de ropa antes de echar a andar la lavadora.
· El uso de lavavajillas puede ahorrar hasta 90 por ciento de agua en comparación con el lavado a mano de los platos. (Vale la pena la inversión.)
· Al lavar tu auto utiliza una cubeta en lugar de la manguera.
· Riega el jardín temprano en la mañana o por la noche.
· Para lavar la banqueta utiliza escoba y recogedor en lugar de manguera.
· Al lavar los trastes remoja y enjuaga todo de una vez. Abre la llave sólo para el enjuague final.
· Llena la tarja de agua para lavar la fruta y la verdura, en lugar de tener abierta la llave.
· ¿Sabías que una gota de aceite contamina decenas de litros de agua? No lo tires por el drenaje. Guárdalo en un bote especial o recógelo con una servitoalla y tíralo a la basura.
· Monitorea tu consumo de agua y haz consciente a tu familia de el suyo.
Sólo apreciamos las cosas cuando nos faltan, así que, ya llegó el momento de que tú y yo pongamos esto en práctica.
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