¿Amaneces con la energía baja? Si bien hacer ejercicio, hidratarte, desayunar, dormir suficiente, agradecer todo lo que la vida te da o tomar cafeína en la mañana son prácticas que proporcionan energía, hoy quiero compartirte otra manera inmediata, infalible y natural de obtenerla cuando escasea.
Los rusos y los chinos lo han hecho durante siglos para fortalecer el sistema inmunológico, los atletas del mundo entero lo realizan por sus muchos beneficios y la ciencia también lo apoya. Se trata de exponerte a una dosis de estrés para fortalecerte a ti, a tu cuerpo, a tu mente, a tu resiliencia y a tu voluntad. Es una pequeña decisión que te hará sentirte empoderado por el resto del día ¿Cuál es? Bañarse con agua fría.
¡Espera, espera! Antes de que avientes el periódico, te invito a leer lo que sigue para que lo reconsideres. Se inicia de manera gradual y te aseguro que lo amarás y lo convertirás en un hábito. Un pequeño acto de valor al iniciar el día terminará por darte valor para enfrentar lo que sea. Stephen Covey decía: “Sólo quien es capaz de vencer pequeñas batallas personales podrá vencer grandes batallas públicas”, y me parece muy cierto. Así es como nace y se cultiva cualquier valor: poco a poco pero de manera constante. Y aunque una ducha te parezca ajena a tus retos cotidianos, verás cuánto te vigoriza.
Los beneficios:
- Fortalece tu sistema inmunológico.
- Reduce la inflamación a nivel celular.
- Aumenta la producción de hormonas del bienestar.
- Mejora la circulación.
- Acelera el metabolismo.
- Alivia la depresión.
- Ayuda a sanar las lesiones provocadas por el ejercicio.
- Reduce los dolores musculares y la fatiga.
- Mejora la salud del cuero cabelludo.
- Mejora la calidad del sueño.
Un estudio conducido por el Thrombosis Research Institute mostró que las personas que toman una ducha de agua fría a diario tienen un número significativamente mayor de células blancas que otras personas que no lo hacen. Las células blancas, como sabes, son las que combaten las enfermedades.
Asimismo, los investigadores declararon que, al bañarse con agua fría por las mañanas, el ritmo del metabolismo, durante y después de la ducha, aumentó para mantener el cuerpo en su temperatura regular. De la misma manera, el sistema inmunológico se activó, lo que resultó en una mayor producción de glóbulos blancos. Este estudio indica que exponernos al agua fría tonifica el sistema inmunológico.
¿Cómo iniciar?
Cabe aclarar que esta pequeña dosis de estrés diaria, como cualquier estresor, debe manejarse de manera paulatina y adecuada para que te fortalezca y no te perjudique. Sólo evita practicarlo en las noches, por la cantidad de energía que genera. A continuación, te comparto cómo es la mejor forma de hacerlo:
- Báñate en la ducha a temperatura normal, como a diario sueles hacerlo.
- Si es posible, escucha música con un ritmo que te anime.
- Inhala y exhala 10 veces de manera lenta y profunda y mantén tu enfoque en la respiración.
- Luego baja la temperatura del agua hasta que esté fría por completo. Quizá sientas que hiperventilas, es normal. Sólo enfócate en inhalar y exhalar despacio.
- Permanece en el agua fría durante al menos 10 segundos y poco a poco aumenta el tiempo hasta llegar al minuto completo. Verás cómo entonces sí despiertas por completo. ¡Disfruta el momento!
- Celebra tu pequeña victoria. Levanta los brazos y exhala todo el aire. Esto dispara el sistema de recompensa en el cerebro, lo que te ayudará a mantener el hábito.
¿Cómo te sientes el resto del día? Te invito a averiguarlo.