A veces uno se queda hipnotizado ante una obra de arte. Cada célula del cuerpo se paraliza y entra en trance, hasta se teme pestañear ante la posibilidad de perder el hechizo.
Tal fue el caso cuando vi y escuché a la violinista estadounidense Esther Yoo –una joven de tan sólo 20 años de edad– interpretar magistralmente el Concierto para violín y orquesta en re mayor, escrito en 1878 por Tchaikovsky, y que es considerado una de las tres composiciones más difíciles de interpretar.
“¿Cómo puede tocar una obra tan complicada durante 45 minutos sin leer una sola nota!”, me preguntaba al escucharla acompañada por la Orquesta Filarmónica de Londres, en su visita a México.
Aquella perfección de la que fuimos testigos se debía al cerebro de cada uno de los ejecutantes.
La mayoría de los humanos ignora las tremendas capacidades que tiene dicho órgano, o bien, desconoce la manera de usar todo su potencial.
Muchos vamos a diario al gimnasio a ejercitar el cuerpo pero poco sabemos de los cuidados básicos que nuestro maravilloso cerebro requiere para brillar.
¿Sabías, por ejemplo, que el cerebro gracias a la neuroplasticidad se adapta a las exigencias de casi cualquier medio y cambia sus propios circuitos para mejorar el desempeño de todo lo que le presentas repetidas veces? Esto entre miles de asombrosas capacidades.
¿Cómo cuidarlo?
1. Hidrátalo. El cerebro es setenta y tres porciento agua. Esto es lo que le permite enviar mensajes eléctricos a través de los 160 934 kilómetros de cableado que tiene. Toma agua sola en especial al levantarte por la mañana, cuando el cerebro puede estar deshidratado.
2. Muévete. Sabemos que hacer ejercicio es muy sano para el cuerpo, pero ¿para la mente? Cada minuto pasa por tu cerebro alrededor de un litro de sangre; al ejercitarte, tu corazón bombea más fuerte y más rápido, lo que envía más sangre, oxígeno y azúcares, lo básico que el cerebro requiere para funcionar mejor.
Además estimula la función de los neurotransmisores como: GABA contra la ansiedad; serotonina, para sentirte feliz; dopamina que te da energía y ayuda a mantener los neurotransmisores en balance.
3. Controla el cortisol. Si bien esta hormona es importante para sentirnos contentos y con energía y nos ayuda a hacer cosas y a resolver problemas, cuando se libera de manera constante y en exceso deprime el sistema inmunológico. Es decir cuando el estrés se vuelve crónico cada célula en tu cuerpo cambia para mal, pero el daño a tu cerebro es el más acentuado: se reduce la conectividad, el banco y la capacidad de memoria, por lo tanto tu capacidad para resolver problemas.
4. Vive en el presente, vigila tus pensamientos: la principal fuente de estrés, ya que el cerebro no distingue entre lo real e imaginario. Duerme, lee, descansa para que tu cerebro se repare; busca a tus amigos y situaciones que te hagan reír.
5. Toma sol para el buen humor. Los rayos ultravioleta ayudan a fabricar Vitamina D, que estimula la producción de serotonina, que es la hormona responsable de regular tu estado de ánimo. Cinco a 15 minutos diarios es suficiente.
6. Consume café moderadamente. Estudios muestran que es benéfico a corto y a largo plazo; estimula los neurotransmisores como serotonina, dopamina y protege al cerebro y reduce el riesgo de demencia.
7. Rétalo. Mantén tu deseo de aprender cosas nuevas siempre. Entre más aprendes, más rutas neuronales creas y el desempeño cerebral será mejor.
Si cuidamos nuestro cerebro, la habilidad para realizar una tarea complicada no solo será privilegio de una joven como Esther Yoo.