A lo largo de los años, el Eneagrama ha sido una gran herramienta en mi vida personal, tanto para conocerme mejor, como para conocer a las personas que quiero. Este antiguo conocimiento nos ofrece varios niveles de profundidad. Puedes quedarte en la superficie y encuadrar a cuanto conocido tengas dentro de las nueve personalidades con sus cualidades y defectos; o bien, bucear en sus adentros y descubrir todos sus tesoros a nivel espiritual.
Hoy quiero hablarte de los miedos básicos que cada una de las nueve personalidades.
El miedo, sabemos, es una emoción que paraliza, impide el desarrollo, la libertad, el disfrute de la vida y destruye los sueños.
Por eso, hoy no me voy a referir a ese miedo que algunas personas sienten, por ejemplo, a las arañas, a las alturas o a hablar en público. Hoy comparto contigo esos miedos básicos, profundos, que nos acompañan a lo largo de nuestra vida –cada personalidad tiene los suyos, y de los que con frecuencia ni siquiera somos conscientes.
Para entender cuáles son dichos miedos, partamos del hecho de que el Eneagrama divide a las personalidades en tres grupos, según el centro de inteligencia preponderante: mente, corazón o instinto. Si bien, todos los seres humanos tenemos los tres, hay personas que se dejan llevar más por el corazón, otras por la mente y otras por el instinto.
El corazón. Las personalidades que perciben la vida por el corazón, tienen que trabajar más con sus emociones para poder evolucionar y crecer. Son: la 2 –el ayudador–, la 3 –el ejecutor– y la 4 –el creativo-. El miedo básico que comparten es el miedo al rechazo.
La mente. Las personas cuyo centro de inteligencia dominante es la mente, filtran la vida y toman decisiones racionalmente y son: el 5 –el investigador–, el 6 –el cuestionador–, y el 7 –el optimista–. El contacto con sus emociones o con su cuerpo es muy lejano. Su miedo básico es a la realidad.
El instinto. Este tipo de personalidades son viscerales, perciben la vida y toman decisiones de acuerdo con lo que su cuerpo o instinto les dicen y son: la 1 –el perfeccionista–, el 8 –el protector– y el 9 –el mediador–. Su miedo básico es a no poder.
Ahora, ¿cómo manejan su miedo básico las personalidades cuyo centro de inteligencia es el corazón? Veamos:
Las de personalidad 2: Son cariñosas, generosas y serviciales. Para evitar que las rechacen, se ganan el cariño y la aceptación de los otros, por lo que dan, ayudan, aconsejan y sirven a los demás. Sin embargo, pueden llegar a dar en forma excesiva, ser asfixiantes y volverse adictas a la aprobación externa.
Las de personalidad 3: Son exitosas, seguras y prácticas. Para evitar que las rechacen se dedican a lograr, a hacer, y se convierten en una máquina de trabajo. Para sentirse reconocidas, se pueden volver adictas al éxito y admiración de los demás a un grado enfermizo. Lograr la victoria puede llegar a ser más importante que relacionarse con las personas.
La de personalidad 4: Son originales, sensibles y profundas. Para evitar que las rechacen, se vuelven muy creativas, buscan que la gente se sorprenda con su manera de vestir, de pensar o de actuar. Pueden lograrlo a partir de crear belleza o bien, se vuelven rebeldes y van en contra de todo lo establecido de manera notoria. Buscan que las volteen a ver para sentirse validadas, por medio de piercings, tatuajes o acciones extraordinarias.
En el siguiente post continuaremos con las personalidades cuyo centro de inteligencia son la mente y el instinto.