Sentada del otro lado del escritorio y después de haber vivido un pequeño susto en el tema de salud, mi doctor me miró a los ojos y me dijo: “No queremos que te vayas a ningún lado antes de que cumplas 100 años, ¿me oíste? Quiero que a partir de hoy, todos los días durante 15 minutos te visualices llena de vida, de amor, de agradecimiento y soplando las 100 velitas de tu pastel.
Me gustó la receta del doctor, por lo que te invito practicarla. También me gustó que un médico aceptara la relación que hay entre mente y salud, porque no cabe duda de que es nuestra mentalidad y nuestra actitud las que definen en gran medida los años que viviremos.
Veamos: ¿cuántos casos conocemos de personas que mueren al poco tiempo de haber enviudado del amor de su vida?, ¿o bien casos de individuos que por diversas razones deciden que ya no quieren vivir y el universo se los concede: al poco tiempo fallecen? Es lo mismo que puede pasar con las personas cargadas de resentimientos y rencores que, inevitablemente, enferman con el tiempo. Todo lo cual parece mostrar que nuestro pensamiento modifica nuestra realidad.
Lo anterior no implica que decidamos el momento de dejar este mundo, no se trata de eso; sin embargo, ya no hay duda de que nuestra vida mental –cómo percibimos el mundo– puede afectar nuestra salud para bien o para mal y de manera significativa .
La medicina moderna relaciona cada vez más la actitud, los pensamientos y las emociones con los malestares que padecemos. Además, lo que pienso no sólo me afecta a mí, sino al mundo circundante. Veamos: un pensamiento es un impulso eléctrico con información que va directo al hipotálamo –la farmacia que surte las recetas. Ahí se secretan las sustancias que rigen la química corporal y que viajan por el torrente sanguíneo. Esa química impacta directamente nuestra salud.
¿Qué dicen los estudios?
Responde “sí” o “no” a las siguientes preguntas:
- ¿Soy tan feliz como cuando era más joven?
- ¿Parece que conforme tengo más años las cosas empeoran?
- ¿Tengo tanta energía y vitalidad como solía tener hace un año?
- ¿Tengo muchos planes para el futuro?
- ¿Espero mucho de la vida?
Estas son algunas de las preguntas hechas a un grupo de 660 personas –adultos mayores– habitantes de un pueblo en el estado de Ohio hace más de 25 años, como parte de un estudio sobre la relación entre la actitud de una persona y su longevidad. El estudio se publicó en el Journal of Personality and Social Psychology y en el libro Chasing Life del doctor Sanjay Gupta.
Después de más de un cuarto de siglo, los investigadores de las universidades de Yale y Miami compararon los resultados de dichos estudios con el estado actual de las personas; lo que encontraron fue sorprendente. Aquellos que habían mostrado una percepción y una actitud más positiva de la vida sobrevivieron a sus contemporáneos pesimistas un promedio de 7.5 años. Esta ventaja se sostuvo después de que los investigadores analizaron cuestiones tan importantes como edad, género, nivel socioeconómico, soledad, salud y el nivel funcional. Aquellos con mejor actitud y optimismo hacia la vida, mostraron mejores niveles de supervivencia sin importar su edad, o aun si fumaban o su estado de salud era peor que el del resto del grupo.
Los investigadores no tiene una explicación científica para dichos resultados. Conjeturan que quizá se deban a que los optimistas son mejores para capotear la adversidad, así como para llevar un estilo de vida sano y cuidarse mejor a ellos mismos cuando enferman, es también probable que tengan relaciones más sanas y disfruten de estar con sus amigos o círculos sociales.
Todo lo anterior impacta el sistema inmunológico, la presión sanguínea y la producción de hormonas, por lo que concluyen que: entre más feliz es una persona, más bajo su ritmo cardiaco y menos altos los niveles de cortisol (hormona del estrés). Además, ahora se sabe que la expresión de nuestros genes depende en un 75 por ciento de nuestro estilo de vida y que está en nosotros, modificarlos.
Entonces, ¿la forma en que decides ver tu vida puede cambiar tu cerebro y pensar de manera optimista te hará vivir más años? La respuesta es un rotundo “sí”, de acuerdo con los especialistas de dicho estudio publicado en Archives of Internal Medicine en 2006.
Ahora que si tiendes a ser una persona pesimista por naturaleza, sólo recuerda aquel viejo dicho: “Asume una actitud y terminarás con ella”. El conocimiento de ti mismo te puede llevar a hacer algo para modificar tu conducta, como informarte o decidirte a dejar el carácter gruñón o fatalista. Por supuesto que no me refiero a los casos de depresión –la cual es un asunto serio y cuando se presenta hay que consultar a un médico para obtener ayuda.
Así que podemos concluir que tú decides cuantos años quieres vivir.
Por lo que durante 15 minutos diarios visualízate lleno de salud, rodeado de amor y soplando las velas de tu pastel de cumpleaños número 100, ¿oíste? porque antes de ese día, tampoco queremos que te nos vayas a ningún lado.