“Tienes que bajarle al estrés”. Es muy probable que alguna vez hayas escuchado esta frase en voz de tu pareja, un hijo, un amigo o tu doctor. ¿Cierto? Nos han inculcado que el estrés es malo, que nos enferma, que aumenta el riesgo de contraer algún tipo de enfermedad; sin contar con que daña nuestro ADN y acelera el envejecimiento.
Sin embargo, permíteme compartirte querido lector, lectora, los descubrimientos impactantes que la ciencia ha revelado acerca del estrés. En Estados Unidos, se hizo un estudio con 30 mil adultos, a quienes se les preguntó lo siguiente: ¿Cuánto estrés has experimentado durante el último año? Y ¿Crees que el estrés daña tu salud?
Ocho años más tarde, los investigadores consultaron el registro público para averiguar cuántos de los 30 mil participantes habían fallecido. La doctora Kelly McGonigal, maestra en la Universidad de Stanford, revela en su libro The Upside of Stress, que los altos niveles de estrés aumentaron el nivel de mortalidad en 43 por ciento. Pero…, y aquí viene lo interesante, ese aumento en el riesgo se aplicó sólo a las personas que creyeron que el estrés dañaba su salud.
Es decir, en esos siguientes ocho años que duró el estudio, murieron prematuramente 182 mil estadounidenses –alrededor de 20 mil al año–, no por estrés, sino por la creencia de que el estrés les hacía daño. ¿Qué tal?