¿Alguna vez te has despertado cansado a pesar de haber dormido durante toda la noche? ¿Sabías que cuando tu cerebro está fuera de balance, tu cuerpo se sale de balance también y, por lo tanto, es muy fácil que te enfermes?
Estoy convencida de que la información es el mejor estímulo para crear un cambio en nuestras vidas, así que permíteme compartir contigo una de las cosas más importantes que podemos hacer por nuestra salud.
Sabemos que las ondas del cerebro son producto de una actividad eléctrica, que por cierto se puede medir mediante un electroencefalograma. Es importante estar conscientes de que cada pensamiento y emoción afecta todos los aspectos de la vida, de acuerdo con los científicos. Si aprendes a observarte y educar a tu cerebro a crear ondas coherentes, es decir ordenadas, éstas se transmitirán de manera directa a todas y cada una de las células de tu cuerpo. Y como el orden crea orden, tu sistema inmunológico se mejorará y tu organismo trabajará de manera más armónica, como una orquesta afinada que suena equilibrada y en tono.
Si tus pensamientos son de estrés, negativos o críticos, tu cerebro genera ondas incoherentes, como si varias personas tocaran los instrumentos sin ton ni son, lo que causa que los mensajes electromagnéticos que llegan a tu cuerpo sean incoherentes y eso es precisamente lo que prepara el terreno a la enfermedad.
¿Qué onda?
Permíteme compartir contigo un poco de información sobre qué son y cómo funcionan las ondas cerebrales de acuerdo con doctor Joe Dispenza. Por conveniencia, los científicos categorizan las ondas de acuerdo con su frecuencia:
Delta. Es la más lenta del grupo, tiene de 0.5 a 4 ciclos por segundo y se puede comparar con la primera velocidad de un coche estándar. Cuando duermes, estás predominantemente en frecuencia delta. En delta tienes un sueño restaurador y hay poca actividad cerebral consciente.
Zeta o Theta. Esta onda tiene una frecuencia de 4 a 8 ciclos por segundo y se puede comparar con la segunda velocidad. Es una onda lenta y se presenta cuando sueñas despierto, fantaseas o estás en un estado de duermevela o inspiración creativa. Es decir, el cuerpo se adormila mientras tu mente está despierta en un estado de lucidez.
Alfa. Es una frecuencia de 8 a 13 ciclos por segundo, que se activa cuando respiras profundo, te relajas y cierras los ojos o cuando meditas. Representa una postura “inactiva, neutral” del cerebro, en la que se siente una integración plena entre cuerpo y mente, una especie de estado meditativo. Si en estado alfa tienes un aprendizaje tu cerebro retendrá más fácilmente la nueva información.
Beta. Se define como banda ancha, va de los 13 a 50 ciclos por segundo; entrar en esta frecuencia puede compararse con manejar en supercarreteras, se presenta cuando estás alerta o cuando te concentras en analizar, resolver problemas y tomar decisiones.
Cuando estás relajado y atento estás en la frecuencia de ondas beta suaves. Cuando tienes hambre, te sientes negativo o depresivo el cerebro se va a modo de emergencia y las ondas varían hacia beta altas; esto hace que el cerebro se estrese, lo que da como resultado que distintas partes del cerebro dejan de comunicarse entre sí, por lo que las ondas se vuelven incoherentes. Entre más estás en beta alta –sientes ansiedad, miedo, ira, resentimiento, dolor y demás–, más se desbalancean todos tus sistemas, lo que produce estrés y, por ende, enfermedad.
Así que, para vivir en paz y descansar, procura generar ondas coherentes en tu cerebro, al vivir sin prisas y crear sentimientos armoniosos a voluntad.