¿Sabías que la mayoría de nuestras interacciones con las personas se da en el plano energético, sin importar la distancia? Nos cuesta trabajo comprender esto que algunos científicos se atreven a afirmar. Sin embargo, Stephen Hawking, el científico inglés, decía que “lo que ahora parecen paradojas de la física cuántica, serán sentido común para los hijos de nuestros hijos”.
Todos nos conectamos e intercambiamos energía de manera constante. Los científicos han demostrado que cuando un átomo está cerca del otro se influencian mutuamente y quedan “entrelazados” para siempre, sin importar cuánto se separen. Es decir, nada está aislado de nada. Esta interrelación daría como resultado una unidad indivisible, si afecta a una parte, afecta al todo.
Es por eso que te invito a crear un sentido de bienestar ¿cómo? cambia tus pensamientos, en especial aquellos que te surgen con esa persona que te incomoda. Mándale buenos pensamientos. Si, si leíste bien. ¿Quién será el mayor beneficiado o beneficiada?: tú.
Un científico mexicano nos lo demuestra
Te comparto un experimento de un connotado científico mexicano de la UNAM, que desapareció de manera misteriosa en diciembre de 1994, y a quien, a mi parecer, no se le ha dado el reconocimiento merecido.
Su nombre es Jacobo Grinberg Zylberbaum, neuropsicofisiólogo, autor de varios libros, apasionado investigador y pionero del estudio del cerebro y la conciencia en México, cuyo paradero se desconoció un día antes del festejo de su cumpleaños 48.
Uno de los experimentos que dieron más reconocimiento a Grinberg fue aquel en el que conectó a dos personas a un electroencefalograma (eeg) y las ubicó en cuartos aislados, muy separados entre sí; la primera fue expuesta a una serie de luces estroboscópicas. Lo sorprendente fue que el patrón de las ondas cerebrales producido a partir de la percepción de sus ojos aparecía tanto en el eeg de esa persona, como en el de la segunda, quien no estaba cerca de las luces. “Afirmar que comprendemos el cerebro y sus funciones en su totalidad sería muy atrevido”, dijo en una entrevista para la televisión española.
Dicho experimento lo replicó más tarde el neuropsiquiatra inglés Peter Fenwick y obtuvo los mismos resultados.
¿A qué voy con esto?
A que científicos como Grinberg y muchos otros estudiosos de la física cuántica han comprobado que nuestros pensamientos y nuestras emociones se transmiten en una especie de web o matrix holográfica que nos conecta a todos, lo que crea una interrelación entre las cosas y personas.
Lo que me parece interesante de esta teoría es la posibilidad de que nuestros pensamientos y emociones impacten de manera positiva a las personas a nuestro alrededor y a nuestro medio ambiente. Por ello, cuando generamos pensamientos de ánimo, de amor, de entusiasmo, de pasión por lo que hacemos, inspiramos, contagiamos y contribuimos de manera favorable a nuestro entorno.
Por el contrario, cuando juzgamos negativamente a otros en nuestra mente, aun sin expresarlo de manera verbal, afectamos el ambiente, la calidad de nuestras relaciones y, por supuesto, nos dañamos a nosotros mismos.
Si tú querido lector, lectora, eres jefe, padre o madre de familia, empresario, emprendedor, estudiante o líder de alguna agrupación,
¿por qué no considerar estos aspectos para tu entorno? Puedes generar y enviar amor, compasión, aprecio, tolerancia y demás emociones positivas a las personas que forman parte de tu vida. ¿Te imaginas cuánto contribuiríamos al bienestar del planeta si así lo hiciéramos todos?