Un viernes por la tarde Vero y sus amigas gozaban de una amena plática de sobremesa, mientras que sus hijos pequeños jugaban en el cuarto contiguo. De la nada y de repente, Vero sintió una urgencia de levantarse e ir a ver a su hijo de dos años. Cuando se asomó por la puerta, vio que su pequeño se estaba ahogando con un dulce que se le había quedado atorado en la garganta. De inmediato, corrió y le realizó algunos movimientos que le devolvieron el color al niño y la tranquilidad a la mamá. ¡Vaya susto!
La intuición de Vero, literalmente le salvó la vida a su hijo. ¿Cómo te explicas este tipo de fenómenos? Estoy segura que tú, querido lector, lectora, tienes algún relato similar al anterior que has experimentado en carne propia, o bien, has escuchado de algún amigo o familiar.
La intuición: una herramienta indispensable
Un grupo de científicos liderados por el Heartmath Institute, se dieron a la tarea de investigar sobre éste fascinante tema de la intuición ¿existe? ¿de dónde viene? ¿se puede desarrollar? En fin una serie de cuestionamientos, que junto con varias universidades, entre ellas el Australian Graduate School of Entrepreneurship, se reunieron para comprender mejor este tema. El estudio empleó tanto herramientas cognitivas como medidas electrofisiológicas (conductividad de la piel, ritmo cardiaco y demás) en dos grupos de personas: emprendedores exitosos y no emprendedores durante ocho sesiones. Los resultados se compararon con otros previamente realizados.
Lo anterior para determinar si la intuición era un factor característico en los emprendedores que habían logrado el éxito repetidas veces, por ejemplo al hacer negocios, crear nuevos proyectos, captar las oportunidades ya sea en el momento o futuras. Los resultados mostraron que si, el ochenta por ciento de dichos empresarios exitosos, siempre habían confiado en su intuición en el momento de hacer decisiones importantes, a diferencia de quienes no habían tenido logros en sus vidas.
Para muestra un botón: Steve Jobs, fue uno de esos grandes líderes que guió su vida de acuerdo a lo que el corazón le dictaba. En su discurso a los jóvenes de la Universidad de Stanford, les dijo,
“Ten el valor de seguir tu corazón e intuición. Ellos de alguna manera saben lo que en realidad quieres conseguir. Lo demás es secundario”.
Los tres tipos de intuición
Las investigaciones del Heartmath nos muestran que existen tres tipos de intuición que se mezclan una con otra: a) el conocimiento implícito, b) la sensibilidad energética y c) la intuición no local.
a) Conocimiento implícito. La mayoría de los libros sobre intuición, se refieren a éste tipo y se trata de lo siguiente: Con frecuencia sucede que no sabemos cosas que sabemos que sabemos. Es decir, hay ciertos temas que de niños vimos, experimentamos o aprendimos y de adultos las hemos olvidado. Por ejemplo, hoy enfrentamos un reto que quizá en el momento no podemos solucionar, así que le damos unas cuántas vueltas en la cabeza y al rato nos distraemos y lo dejamos a un lado. Sin embargo, el cerebro continúa trabajando de manera inconsciente y cuando menos lo esperamos –por ejemplo mientras estamos en la regadera o manejamos, la solución brinca a la mente.
Otro ejemplo de éste tipo de intuición se da por ejemplo en personas que dedican su vida a trabajar diez o veinte años en determinada área, por lo que se vuelven expertos en la materia. Por ello, pueden detectar sutilezas que causarán un problema en el futuro y que quizá cualquier otra persona –sin su experiencia, nunca captaría.
b) Sensibilidad energética. Esta se refiere a la habilidad que algunas personas tienen –gracias a su sistema nervioso, de detectar cambios e información en las señales del ambiente. Por ejemplo, cuando estando de espaldas a alguien, es capaz de sentir el peso de su mirada. Muchos estudios muestran que este tipo de intuición es real. También estas personas pueden detectar señales magnéticas o estados de ánimo de otras personas e incluso de la tierra también. Es decir, son sensibles a percibir un temblor antes de que suceda; lo que sienten es el campo magnético de la tierra como lo pueden detectar algunos animales.
c) Intuición no local. Esta es el conocimiento o sensación de algo que no se puede explicar por experiencias pasadas u olvidadas. Es precisamente la que Vero tuvo cuando supo que su bebé se estaba ahogando con un dulce en el otro cuarto. O bien, la que alguien tiene al saber de antemano que algo en especial va a ocurrir. Seguro te ha sucedido que piensas en una persona y en ese momento recibes una llamada de ella. ¿Cómo lo explicas? Pues numerosos estudios han medido y demostrado que este tipo de intuición también es muy real, a través de medir ondas cerebrales, actividad del corazón, conductividad de la piel y otras medidas electrofisiológicas de las personas.
Lo curioso es que sólo sucede con la gente que queremos. Vero no hubiera detectado el problema que su bebé tuvo en ningún otro niño del mundo.
La forma en la que podemos aumentar nuestra intuición es aquietar la mente y permitir que sea el corazón el que hable. Escucha tu corazón.