¿Qué enseñarles a los hijos?

Nicolás y Pablo, de 10 y 12 años de edad, sacaron al jardín una lupa vieja que tengo como adorno en la sala. Ahí, hincados sobre el pasto, buscaban el ángulo correcto del rayo del sol para intentar quemar un poco de hierba seca que habían juntado. Esperaron un buen rato sin que nada sucediera; estaban a punto de desesperarse cuando apareció una chispa de fuego. Su emoción fue parecida a la que, seguramente, sintió el cavernícola que lo descubrió.
Una vez que comprendieron que con un poco de paciencia podían concentrar la luz amplia del sol y convertirla en un rayo láser, se dedicaron a quemar todo lo que a su vista se antojaba inflamable, como las varas y las hojas secas; hasta que escuché mencionar que las hormigas eran su próximo objetivo y entonces terminé con el juego.
Su experimento me llevó a recordar que enfocar nuestra atención es muy poderoso, sea cual sea nuestro objeto: plantas, ideas, dolores, conductas, bendiciones o noticias, se verá beneficiado.