“Si sólo pudieras ver el milagro de una sola flor con claridad, toda tu vida cambiaría.”
Buda
Son antenas y mensajeras de otra dimensión. En su presencia, la energía de un lugar cambia y se eleva. Invitan a conectarnos con nuestro interior y el alma se alivia. Observas su diseño y compruebas que sólo una inteligencia Divina pudo haberlas creado. Contienen en sí toda la belleza del cosmos. Son representantes del encanto, de la armonía y la perfección en el planeta; por supuesto te hablo de las flores. ¿Acaso podrías imaginarte una vida sin ellas? pues en unos años –de no hacer algo, esto podría ser una realidad.
Para nosotros los habitantes de la Tierra, la existencia de las flores es algo tan vital como el alimento; su propósito es contribuir a la estética, a la armonía, a la elevación del ser, a la inspiración, al placer y el hallazgo de lo infinito en lo finito. Y como visitantes de este planeta, es nuestra obligación y necesidad cuidar de estas bellezas.
Pues resulta que la posibilidad de vivir en un futuro cercano en un mundo colmado de concreto y tecnología pero sin flores, es real. Sucede que una de las formas naturales que garantiza su reproducción y existencia son las abejas. Estos pequeños insectos son mucho más importantes de lo que pensamos; sin ellos, tampoco habría frutos ni semillas. Es más, sin las abejas, la vida tal como la conocemos, no sería posible porque son un elemento vital para el equilibrio ecológico de nuestro planeta. ¿Lo hubieras imaginado?
Flores y abejas se necesitan para subsistir, pero las abejas también se encuentran en peligro de extinción. El corazón se encoje de saber que estos laboriosos seres están desapareciendo a pasos agigantados en la impunidad total y a costa de enriquecer empresas que fabrican pesticidas, herbicidas e insecticidas tan controversiales en el mundo entero.
¿Qué amenaza su existencia?
“La principal causa de muerte en las abejas no es natural, es provocada por el hombre”, como lo afirma el profesor Mike Boots, de la Universidad de Berkeley en Estados Unidos. Un ejemplo de ello es la agricultura industrial genéticamente modificada que provoca la pérdida de su hábitat, es decir, elimina por completo las flores silvestres de las que se alimentan las abejas y las mariposas; el uso de plaguicidas tóxicos fabricados por grandes empresas como Monsanto, Bayer o Syngenta, sabiendo que dañan el sistema nervioso de estos insectos, lo que altera su conducta y ocasiona que se desorienten y no puedan regresar a su colmena –no me explico cómo pueden dormir quienes saben de dichos daños y colaboran para ello; también los virus, parásitos y enfermedades en los insectos, --que se han agudizado, así como el cambio climático y la urbanización.
Me parece alarmante la cifra que los expertos nos reportan: cada año, el 40 por ciento de las colonias de abejas en el mundo están desapareciendo. Ante ello, no podemos quedarnos indiferentes. Como dice el experto en conservación de especies John Muir, “Cuando uno arrastra una simple cosa en la naturaleza, se da cuenta de que está ligada con el resto del mundo”. Como diría la ley universal: si te daño, me daño, así de simple.
Por si fuera poco, el perjuicio que estos químicos causan no sólo es a los insectos y a los animales, sino a los seres humanos también. Terminan en nuestros platos y en nuestros cuerpos –pero ese es otro tema.
El insecto más importante del mundo
¿Sabías que las abejas polinizan una tercera parte de todo lo que comemos y juegan un papel vital para sostener todos los ecosistemas del planeta? El 84 por ciento de las cosechas para consumo humano, necesitan de las abejas y otros insectos para aumentar su rendimiento y calidad. Esto incluye muchas de las frutas y vegetales, como: brócolis, espárragos, melones, pepinos, calabazas, moras, sandías, almendras, manzanas, arándanos y cerezas, así como nueces, semillas de girasol, de café, de cacao y la planta del té también. ¿Te imaginas un mundo sin ellos?
Además, las abejas son responsables de polinizar cerca de una sexta parte de las especies florales en el planeta; y una colonia de abejas melíferas puede polinizar en un solo día cerca de ¡250 millones de flores! Sin mencionar por supuesto, la miel que producen y lo que ayudan a que especies como pájaros y pequeños mamíferos subsistan.
Las abejas en resumen, son uno de los insectos más importantes del planeta y, los estamos destruyendo.
¿Qué podemos hacer?
1.- Planta flores, no importa si es en una caja afuera de la ventana de tu departamento, en la azotea, en el patio de tu casa, en tu jardín o en un espacio verde de la comunidad. Siembra flores sencillas y fáciles de mantener.
2.- Reduce o evita el uso de pesticidas en especial, mientras las plantas florean, para evitar envenenar a las abejas.
3.- Procura comprar productos orgánicos y producidos localmente.
4.- Apoya a organizaciones que defienden la vida en el planeta para que tus nietos y bisnietos puedan gozar de un mundo con flores, alimentos y abejas.
5.- Hagamos conciencia, protejamos el planeta y hablemos de esto con amigos y familiares
Este cambio lo pueden iniciar los políticos, apostando por un modelo de agricultura ecológica y legislando en consonancia; los agricultores, cambiando sus prácticas de cultivo; y las empresas, desarrollando líneas de productos y técnicas ecológicas. Y, por supuesto, también personas como tú, demandando productos ecológicos.
Al fin comprendí mi corazón
escucho el canto
veo las flores
¡Que no marchiten en la Tierra!