¿Cómo aumentar nuestra energía? | Gaby Vargas

¿Cómo aumentar nuestra energía?

¿Por las noches llegas a tu cama agotado por completo? ¿Te dejas caer sobre el colchón con la misma energía que una maleta con libros? ¿Qué tanto eres consciente de la energía que pierdes durante el día de manera innecesaria?

Las personas solemos cuidar nuestros ahorros, nuestra cuenta bancaria, nuestras finanzas y demás posesiones materiales con la misma atención que una mamá cuida a su niño en la orilla del mar. Sin embargo, hay algo más valioso que todo lo anterior; un tesoro sin el cual no podríamos generar los ingresos para incrementar nuestras cuentas bancarias y, que por mucho, no le ponemos la misma atención: nuestra energía.

Los seres humanos somos sistemas de energía.
Cada mañana iniciamos el día con una cierta cantidad de ella para gastar e invertir. Lo que pasamos por alto es que para sentirnos bien y estar sanos, es necesario administrarla de manera inteligente.
Imagina que eres una máquina expendedora de energía y que, a lo largo del día, tienes muchos pedidos. Personas como tu pareja, hijos, familia, tu jefe, tus amigos, compañeros de trabajo, te meten monedas y, de distintos modos, te dicen o exigen: ¡Necesitamos energía!

¿Te has puesto a pensar de dónde obtienes toda esa energía que el mundo te demanda y en dónde la pierdes?
Aunque la energía es intangible y ésta varía todos los días dependiendo de una serie de factores, no podemos dar aquello que no tenemos.

Partamos de que la energía está en todos lados: seres humanos, árboles, agua, en la música, en un estadio y todo el Universo. Cuando comemos, alimentamos nuestro cuerpo de energía. La luz solar y el agua le dan energía a la planta para vivir. Los coches necesitan energía para moverse. Cuando entramos a un restaurante o fiesta, de inmediato sentimos la energía del lugar: esto nos hace decidir si nos gusta o no.

Cuando conocemos a alguien, decimos que tiene una buena o mala vibra: sentimos su energía, y así decidimos si nos cae bien o no. Asimismo, todos hemos conocido gente con tanta energía que nos la contagian. De igual manera, hay personas que son como vampiros de energía; literalmente, al estar con ellos parece que nos la chuparan. Nos desgastan –lo cual es real.

A diario intercambiamos energía. La damos, la recibimos, la transformamos y la maximizamos. Y lo importante es que podemos aprender a generarla y acumularla para estar sanos y llevar una vida exitosa y de calidad.

Estamos hechos de diferentes tipos de energía: física, mental, emocional y espiritual. Cada área contribuye a nuestro bienestar total.
Energetizar sólo una de ellas es como cuidar exclusivamente un cuarto de nuestra casa.

Aquí algunas maneras de fortalecer y alimentar cada una de las energías.

Energía física:
1. Duerme, por lo menos, ocho horas. 2. Valora tu cuerpo, haz ejercicio. 3. Disminuye el consumo de cafeína. Sustitúyelo por té verde. 4. Aliméntate de manera sana y nunca te saltes las comidas. 5. Toma mucha agua. 6. A media mañana come un puño de nueces. 7. Sustituye los dulces y postres por fruta. 8. Camina un rato después de comer. 9. Ordena tus cajones, clóset, casa, oficina y coche.

Energía mental:
1. Ábrete a cosas e ideas nuevas. Investiga, aprende, lee. 2. Haz y crea cosas, no esperes que lleguen solas. 3. Confía en tu instinto. 4. Abraza el silencio y búscalo. 5. Conserva la capacidad de asombro. 7. Comunícate con el corazón. 8. Sueña, visualiza y crea tu futuro.

Energía espiritual:
1. Haz una diferencia en la vida de otros. 2. Conéctate con tu familia y tus amigos. 3. Reconoce tus bendiciones. Todos los días agradécele 5 cosas a la vida, a Dios. 4. Ten fe; confía en los milagros. 5. Fluye. No te apegues a las cosas materiales. 6. Ama la vida. 7. Sé generoso. 8. Aprecia los cotidianos instantes de paraíso.

Energía emocional:
Esta área requiere mayor atención ya que es en donde más se escapa nuestra energía.
1. Conéctate con la naturaleza. 2. Perdona; en especial a ti mismo. 3. Identifica qué es lo que quiere tu corazón y sé congruente. 4. Relájate en lugar de querer controlar el mundo. 5. Evita las prisas, sal a tiempo. 6. Inhala y exhala ante un enojo, cultiva la autoregulación y controla tu carácter.

Como podemos ver, las cuatro áreas están conectadas unas con otras. Descuidar una de ellas, afectará a las otras irremediablemente. ¿Te das cuenta por qué es un tesoro?
Te invito a cuidar lo más valioso que tienes después de la vida: tu energía.

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