La guerra de Ucrania ha unido al mundo. Esto no está dicho a la ligera. Lo revelan setenta sensores repartidos en diversos puntos estratégicos de la Tierra, los cuales detectan “el pulso” de sus habitantes, por decirlo de algún modo, en respuesta a eventos globales relevantes. La información se envía a un centro de recopilación en la Universidad de Princeton.
Dichos sensores forman parte del Global Consciousness Project (gcp), dirigido por el doctor Roger Nelson, quien durante 20 años estuvo al frente de la Coordinación de Investigación de Princeton University Engineering Anomalies Research Laboratory (pear). Este estudio científico monitorea y recolecta los datos que genera una respuesta de la conciencia colectiva global a eventos de relevancia en el mundo. El propio gcp explica en su sitio web: “Cuando la conciencia humana se vuelve coherente, el comportamiento de los sistemas aleatorios puede cambiar. Los Generadores de Números Aleatorios (rng), basados en túneles cuánticos, producen secuencias de ceros y unos completamente impredecibles. Pero cuando un gran evento sincroniza los sentimientos de millones de personas, nuestra red de rng se estructura sutilmente”.
En dicho proyecto han encontrado que el sentir emocional colectivo se une ante un evento importante. En casos así, los datos del gcp muestran una correlación, como ha sucedido, por ejemplo, durante el funeral de Lady Di, en 1997, cuando dos mil millones de personas se unieron en la compasión. De hecho, ese evento llamó la atención de los científicos y provocó que el proyecto creciera. Otros eventos han sido la destrucción de las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001; la celebración de cualquier año nuevo en el mundo; los desastres naturales; o bien, actos de oración o meditación masivas, pero también la reciente invasión de Rusia a Ucrania. Es decir, se monitorea cuando la gente se une en una emoción colectiva –positiva o negativa–, aunque esto parezca algo abstracto.
“Hay un espectro muy amplio de emociones que unen a la gente en una coherencia global –comenta el doctor Nelson en una entrevista realizada por el Heartmath Institute–, aunque en términos humanos se podría reducir a cuatro: miedo, ira, amor y compasión. Básicamente, en las gráficas se puede ver una forma de ‘U’, en ella o no sucede nada o se presenta una fuerte respuesta a una emoción determinada.”
El doctor Nelson afirma que estos descubrimientos indican que las emociones positivas son más poderosas que las negativas. El amor y la compasión unen a las personas, las emociones se sincronizan y muestran a la humanidad su mejor estado. En cambio, con el temor o la ira las emociones se debilitan y nos separan fisiológicamente. “Entre más compasión –comenta Nelson–, más respuesta de números al azahar muestra el generador, con una diferencia de siete sigmas, lo que es un efecto muy fuerte.”
—¿Qué han detectado durante la invasión a Ucrania? —le preguntan a Nelson.
—Durante los primeros dos días los datos se mostraron diferentes. A los cuatro días, la desviación que se produjo era impactante. Te podría decir que después de muchos años de experiencia, de observar datos y análisis, mi conclusión es que los seres en el planeta tenemos una fibra de conexión de la cual no somos conscientes y que nos une a todos: la compasión. Tenemos que elevar esa emoción al consciente para sabernos uno, como en realidad somos.
Apostemos porque un día nos demos cuenta de que la compasión nos impacta y une a todos.