La escena conmueve y nos toca el corazón.
Una niña pequeña y sin pelo, sentada sobre una cama de hospital, dibuja una cara sobre su hoja de papel.
–¿Quién es? Le pregunta el enfermero oncológico sentado junto a ella.
–Eres tú, le responde la niña.
–Ya sé que no es lo que más te gusta cariño, pero te voy a poner tu medicina ¿estás lista?
El enfermero toma la jeringa para inyectar la substancia lentamente a la cánula del suero que la niña ya tiene conectada a su brazo. En el instante, los dos conectan sus miradas y juntos empiezan a entonar una canción, que se nota han cantado ya una serie de veces hasta que, el medicamento termina de pasar.
–¿Cómo te sientes cariño? Le pregunta el enfermero
–Bien, le responde la niña
–Hiciste un buen trabajo.
La meta: coherencia II
