¿Qué es la frecuencia vibratoria?

Decía San Agustín que

“la gente viaja para maravillarse de la altura de las montañas, de las grandes olas del mar, del caudal de los ríos, del vasto compás de los océanos, del movimiento circular de las estrellas, sin embargo, pasa una frente a otra sin nunca asombrarse”.

Es muy cierto que no apreciamos el milagro que somos, de hecho, una de nuestras carencias como personas es que estamos atrapadas en la fuerza centrífuga de la vida exterior, por ello ni siquiera nos percatamos de que los seres humanos enviamos y recibimos información energética de manera constante.
Cuando entramos a un lugar que nos acoge solemos decir “Qué buena vibra tiene este lugar”, o al estar con alguien que nos parece muy agradable podemos atribuirlo a “que vibramos en la misma frecuencia”, ¿cierto?

Durante el siglo xx, los físicos descubrieron que la materia es en realidad energía y cada elemento vibra con distinta frecuencia. Como decía Nikola Tesla: “Si quieres entender el Universo, piensa en energía, en frecuencia y en vibración”.
Los seres humanos somos «dispositivos inalámbricos» con energía electromagnética producida principalmente por el corazón, seguido del cerebro y cada célula del organismo. Para descodificar la energía que emitimos y nuestro nivel de frecuencia vibratoria inclusive se han creado magnetómetros.