Si alguna vez en tu vida has experimentado que estás muy feliz, tanto que desearías que esa increíble sensación no terminara, entonces has experimentado hygge.
Sentarte frente a la chimenea en una tarde fría mientras tomas un té, escuchas música y lees un buen libro. Usar un suéter grueso de lana mientras tomas una copa de vino y acaricias a tu perro echado a un lado de ti. Encender velas, aspirar un aroma suave de algún aceite esencial que colocaste a tu difusor. Quizá comer galletas de canela, en compañía de la familia o de tus amigos, comer rico o bien, pasar un rato envuelto en un delicioso edredón. Estoy segura de que ésta es la tarde ideal con la cual todos soñamos y, que la imaginaste de manera tan clara y deseable como yo.
Me encantó conocer que, en países como Dinamarca, no esperan a que esta tarde perfecta llegue un día por casualidad, sino la procuran y la buscan. Se llama hygge y se pronuncia “hu-ga”, es un concepto 100 % danés que hace a los hogares más cálidos y a la gente más feliz. El término surgió de una palabra noruega que significa «bienestar».
¿Qué es la práctica Hygge?
