Estoy segura de que la información que a continuación te comparto te va a sorprender. No importa que por las mañanas hagas ejercicio de manera vigorosa, corras maratones o seas atleta, si pasas varias horas al día sentado pones en riesgo tu salud. ¿Lo imaginabas?
Estamos tan acostumbrados a estar sentados que ya ni siquiera nos damos cuenta de que este problema se ha convertido en un modo de vida. Sin importar si trabajas frente a una computadora, si eres un piloto de avión, si eres miembro de una gran corporación con juntas frecuentes, manejas un Uber o eres un arquitecto o diseñadora, el promedio de horas al día que pasamos en una silla es de entre ocho, 13 y hasta 15.
Tomemos en cuenta que no todo mundo tiene acceso a un gimnasio o puede transportarse en bicicleta al trabajo y no todos tenemos el hábito de hacer ejercicio, ya sea porque no entra en nuestro presupuesto, no existe una opción viable cercana, o bien, no tenemos tiempo por exceso de trabajo. Lo cual ha tenido como consecuencia una abundancia de enfermedades –como se ha mencionado en más de diez mil publicaciones–, entre ellas las crónico degenerativas, el sobrepeso y la diabetes tipo 2. Se ha vuelto a tal grado un problema que los expertos comparan estos daños con los que antaño causaba el cigarro.
Por todo ello es un hecho que el sedentarismo afecta a millones de personas en el mundo, lo bueno es que podemos evitarlo empezando hoy: levántate y haz algo, así de simple es.
¿Qué hace a tus huesos fuertes y resistentes?
No estamos diseñados para estar sentados. Este cambio en los hábitos de vida ha estado afectando al hombre desde tiempos inmemorables. Lo interesante es que, de acuerdo con los registros biológicos y antropológicos del Smithsonian National Museum of Natural History, se puede constatar que los huesos del hombre primitivo se hicieron menos densos hace unos 12 mil años, en cuanto comenzó a tener una vida un poco más sedentaria. Es decir, en cuanto dejó de ser nómada y comenzó a establecerse gracias a la agricultura.
En estudios más recientes se ha visto que en poblaciones agrícolas, de hace aproximadamente mil años, los huesos de los habitantes resultaron ser más delgados que los de sus antecesores que trabajaban y se movían más. “La actividad física y la movilidad son en definitiva, un componente crítico para tener huesos fuertes”, comenta Timothy Ryan de la Penn State University.
De acuerdo con una entrevista que el doctor Joseph Mercola le hizo al doctor James Levine, codirector de la Clínica Mayo y autor de Get Up! Your Chair is Killing You and What You Can Do About It, quien se ha convertido en una autoridad sobre el tema, permanecer sentados por varias horas es dañino para la salud, independientemente del estilo de vida que se lleve, aunque éste sea excelente. Veamos por qué…
El cuerpo pesa y pesa mucho. Lo sabemos cuando hemos tenido que cargar a un niño o a un joven a su cama, no se diga a un adulto, por ejemplo, cuando se le han pasado las copas. Si has estado sentado por un buen rato, la sola posición encorvada del cuerpo detiene toda la irrigación a las células; por ende, la presión sanguínea aumenta, las toxinas se disparan y el colesterol se eleva, ¿suena lógico, no?
Levantarte provoca que todo circule mejor y que tus piernas carguen tu peso, ¿cierto? Pues este simple acto desencadena una cascada de actividades a nivel celular que son muy buenas para la salud.
Por ejemplo, a los 90 segundos de haberte levantado, los sistemas celulares y musculares que procesan el azúcar en la sangre, los triglicéridos y el colesterol se activan gracias a la insulina. Pues todo esto es gracias a tu propio peso que pones en tus piernas. ¡Increíble! Estos mecanismos a nivel celular son responsables también de alimentar a las células con energía, y, de hacerlo seguido, reduces significativamente el riesgo de enfermedades.
Además, al moverte el cerebro registra que todo marcha bien y ordena a sus sistemas que sigan activos. Por el contrario, si dejas de moverte y te vuelves una persona sedentaria por largos períodos de tiempo, tu cuerpo puede desencadenar un deterioro por falta de uso. Como conclusión: las horas de inactividad a nivel celular se asocian con hipertensión y enfermedades crónico degenerativas, además de que favorecen el aumento de peso.
Pararse y moverse es la solución
Si tu trabajo, como el mío, consiste en estar sentado frente a una computadora, la solución es programar una alarma –puede ser con un sonido agradable–, que suene cada hora y te recuerde levantarte por unos diez minutos. Tus ojos y todo tu cuerpo te lo agradecerán.
Por otro lado, en muchas oficinas de los llamados millennials, ya hay escritorios para trabajar de pie; esto podría ser otra opción.
Si bien el descanso siempre es necesario, éste debe ser para romper con la actividad, no al revés. Sí, el enemigo es la silla. Y recuerda que hacer ejercicio por las mañanas no te salva del deterioro que causa estar sentado. La solución: levantarte y moverte lo más que puedas durante el día.