olvidamos ser felices
Un viajero en busca de la felicidad se acercó a las puertas de un antiguo monasterio. Sentado en la entrada, un monje añoso y sonriente lo saludó: —¿En este monasterio hay algún maestro? —preguntó el viajero. —Sí, yo soy el maestro —contestó el monje. —¿Encontraré la felicidad aquí? —cu...
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