Hoy quiero platicarte sobre un líquido con muchas propiedades antioxidantes, antimicrobianas y tan viejo como el hombre mismo: el vinagre. ¿Por qué hablar sobre algo tan común y corriente? Porque quiero invitarte a que lo saques de tu alacena y aproveches al máximo esta sustancia extremadamente versátil y económica.
El vinagre, en especial el de manzana, no sólo se utiliza para cocinar, por ejemplo en las ensaladas, sino que por su acidez natural es un remedio muy antiguo para la salud. Es también útil para limpiar y regenerar el organismo, para la higiene personal, para cuidar la piel y el pelo, así como para el jardín y mucho más.
El vinagre, que significa vino agrio, se descubrió –como la mayoría de las cosas importantes– por accidente. Se piensa que cuando el hombre comenzó a hacer vino de la uva, hacia el año 5000 a. C., el jugo que se dejaba sin atender se convertía en vino y después de meses o semanas, en vinagre. Es posible que entonces se descubriera que servía para preservar ciertos alimentos.
Ya en la antigua Grecia, Hipócrates (460-370 a. C.) lo usaba para curar heridas en la piel. Se cree que de Oriente llegó a Europa y para el siglo xviii tenía un sinfín de usos curativos. En nuestra era moderna, quizá Deforest Clinton Jarvis fue el responsable de recordarnos los numerosos beneficios del vinagre de manzana, en su libro Folk Medicine: A Vermont Doctor’s Guide to Good Health, publicado a finales de la década de 1950.
El vinagre, a pesar de contener sustancias ácidas, actúa en el organismo como un alcalino que ayuda a depurar, revitalizar y remineralizar el organismo. Un vinagre de calidad contiene una pequeña cantidad de potasio, antioxidantes, pectina, ácido málico, ácido acético, calcio y ceniza, entre otras sustancias benéficas, como lo reporta el Journal of Food Science: “Las propiedades terapéuticas del vinagre (…) incluyen actividad antibacterial, reducción de la presión arterial, actividad antioxidante, reducción de los efectos de diabetes, prevención de los padecimientos cardiovasculares y aumento de vigor después del ejercicio”.
En general, los médicos naturistas recomiendan tomar todos los días en ayunas una o dos cucharadas de vinagre disueltas en un vaso de agua, para prevenir enfermedades o reducir trastornos ya presentes. También lo aconsejan en caso de infecciones de garganta, ya que la mayoría de los gérmenes no sobreviven en ambientes ácidos –tampoco lo hace el mal aliento. Sólo mezcla ¼ de taza de vinagre de manzana con ¼ de taza de agua tibia y haz gárgaras con el preparado.
Algunas cualidades terapéuticas del vinagre son:
Antimicrobianas. Que hacen que el vinagre sea uno de los agentes limpiadores más efectivos. Cuando se agrega a los alimentos, los ácidos orgánicos pasan a las membranas de las células para matar a las bacterias. En un estudio se encontró que incluso pueden acabar con la Escherichia coli. Otro estudio muestra que la combinación de limón con vinagre de manzana puede ser efectiva para combatir la Salmonella.
Antioxidantes. Sabemos que los antioxidantes protegen a las células de los radicales libres que causan oxidación y envejecimiento acelerado a nivel molecular. Y varios de los ácidos en el vinagre son antioxidantes muy eficientes.
“Antidiabéticas”. El vinagre es antiglicémico, es decir, que ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre. Una teoría sobre su efectividad en este sentido, propone que el vinagre puede desactivar algunas de las enzimas digestivas que transforman a los carbohidratos en azúcar, lo que vuelve más lenta dicha conversión, e impedir que el azúcar vaya al torrente sanguíneo. Lo anterior previene que el azúcar en la sangre se eleve.
Ayuda a perder peso. El ácido acético reprime el apetito, incrementa el metabolismo y reduce la retención de agua. Tomar una cucharada un poco antes de los alimentos genera una sensación de saciedad que ayuda a ingerir menos alimentos.
Sirve como cosmético para la piel. Desde la época de las abuelas, el vinagre se usaba mezclado con agua como un tónico para la piel. Por sus características antibacterianas puede funcionar como un remedio natural para controlar la piel grasa o el acné. Además, sus diversos ácidos sirven como un exfoliante natural para retirar células muertas y balancear el pH de la piel.
Da brillo al pelo. Después de lavarte el pelo con champú, da el último enjuague con una mezcla de ¼ de taza de vinagre de manzana con ¾ de taza de agua tibia. Espárcelo por todo el pelo y no lo enjuagues. El olor a vinagre se irá cuando el pelo se seque.
Reduce los niveles de colesterol. Si bien la evidencia del efecto del vinagre sobre el colesterol en los humanos todavía es poca, en Japón ya se hizo un estudio que lo sugiere como un antídoto.
Un vinagre de calidad se identifica por la turbiedad del líquido cuando está en la botella, lo cual significa que está hecho con la “madre” del vinagre (o mycoderma aceti) que se compone de bacterias amigables, proteínas y enzimas naturales.
Como puedes ver, el vinagre es un líquido muy generoso, sin embargo, por su acidez natural es conveniente que lo tomes con un popote para evitar que el esmalte de los dientes se dañe y no olvides, como siempre, consultar a tu médico.